La EFSA ha publicado una actualización de las necesidades de investigación e innovación (I+i) imprescindibles para reforzar la evaluación de riesgos en los próximos años.


El cambio climático, las crisis sanitarias, los problemas sociales y la transformación digital trascienden claramente las fronteras nacionales y necesitan una masa crítica de esfuerzos e inversiones ambiciosas, en investigación e innovación, para ser gestionados de forma eficaz y coherente.

El documento destaca la importancia clave de la investigación transdisciplinar, debido a las interdependencias entre la salud humana, animal, vegetal y medioambiental.

Esta publicación es de gran utilidad para los responsables de la elaboración de programas de investigación y para los financiadores, tanto públicos como privados, a la hora de formular convocatorias de investigación y financiación de proyectos relacionados con la Seguridad Alimentaria.

A continuación, se describen los 6 ámbitos en los que se engloban las necesidades de I+i para el trabajo futuro de la EFSA:


Los avances en las tecnologías ómicas ofrecen la oportunidad de mejorar las capacidades de evaluación de riesgos en los ámbitos de la salud humana, animal y medioambiental en relación con los productos biológicos y químicos. Si bien la EFSA ha avanzado en la secuenciación del genoma completo, la adopción de otras tecnologías ómicas (como la transcriptómica y la metabolómica) en la evaluación de riesgos sigue siendo limitada.


Existen numerosas pruebas de que los componentes de la dieta (xenobióticos), incluidos los aditivos alimentarios y los contaminantes, afectan negativamente al microbioma intestinal, lo que puede provocar trastornos metabólicos o inflamatorios. Sin embargo, existen importantes lagunas en los datos y la metodología que dificultan el desarrollo de enfoques de evaluaciones de riesgos para evaluar el impacto de los compuestos relacionados con los alimentos en la microbiota intestinal y sus efectos posteriores en la salud humana.


La integración de datos basados en metodologías de nuevo enfoque en la evaluación de riesgos de próxima generación (NGRA) proporciona un medio sólido para calcular puntos de referencia (RP) como base de los niveles seguros de sustancias químicas para la salud humana, la salud animal y el medio ambiente. Sin embargo, esta integración se ve obstaculizada por los requisitos reglamentarios en materia de datos, que siguen exigiendo ensayos in vivo, y por la necesidad de seguir validando las NAM para integrarlas en la NGRA.


La evaluación de la alergenicidad es cada vez más importante para seguir el rápido ritmo de la innovación alimentaria y los avances de la biotecnología, de modo que los alimentos sean seguros para el consumo y no contribuyan a la carga de las alergias alimentarias. Sin embargo, los avances científicos de las dos últimas décadas exigen revisiones para garantizar que las metodologías y las normas de seguridad de la evaluación de riesgos de alergenicidad sean adecuadas.


Debido a que la legislación se basa principalmente en la aprobación de sustancias individuales, las evaluaciones de riesgos se centran en sustancias químicas individuales o en pequeños grupos de sustancias químicas. La EFSA reconoce la necesidad de evaluar la exposición dietética a múltiples sustancias químicas, teniendo en cuenta todas las fuentes y vías de exposición pertinentes, con el objetivo de establecer un marco europeo para evaluar la exposición a múltiples sustancias químicas para 2030 en colaboración con la Comisión Europea y las agencias de la UE implicadas en las evaluaciones de seguridad química.


Los productos regulados, como los aditivos para piensos, los aromas alimentarios, los organismos modificados genéticamente y los productos fitosanitarios, deben someterse a una exhaustiva evaluación de riesgo medioambiental evaluando los posibles efectos adversos para el medio ambiente, garantizando que su uso no provoque daños. Este proceso es objeto de revisiones periódicas a medida que surgen nuevos datos y conocimientos.